- Acerca de "Cuenta a cero" -

"Cuenta a Cero" es el título de mi libro. Es un libro que vengo escribiendo desde hace mucho tiempo (años), y lo seguiré completando. Está compuesto de poesías, prosas, pensamientos, reflexiones, y muchas cosas más.

Todos los temas están contenidos en tres secciones:

1) Música: como durante un buen tiempo de mi vida fui músico, compuse una buena cantidad de obras, tanto en letra como en melodía. En ésta sección plasmo lo que serían mis músicas expresadas en poesía, prosa, pensamientos, etc. Entre los comentarios encontrarán las letras originales.

2) Romance Alfa: todo lo referente al amor, principalmente poesías.

3) Caja de sorpresas: Temas más profundos (desde mi punto de vista), que si bien podría tratarse del amor y aparecer en la sección anterior, está tratado desde un punto más reflexivo, filosófico... como su nombre lo indica, es una verdadera caja de sorpresas.

Tanto el libro en sí, como cada sección, cuenta con una introducción. Para guiarse por las secciones, es cuestión de usar las etiquetas. Gracias a las mismas podrán manejarse por las introducciones así como por los temas de cada sección.

Lo estoy publicando aquí debido a las pocas posibilidades de que una editorial se vea interesada a hacerlo... iré publicando el contenido en entregas quizá semanales... aparte que de éste modo podría continuarlo más aún. El contenido del libro un orden específico, pero aquí es prácticamente imposible mostrarlo así... esa será la maravilla de la versión impresa que algún día editaré.

jueves, 26 de junio de 2008

Silencio


En la lluvia pasajera
que con sus latidos
retumbantes en el suelo
me despierta, me sofoca,
me alienta a seguir viviendo,
te oigo.

En la altitud del pensamiento
que engrana las memorias
de los tiempos pasados
vividos desde siempre,
te imagino.

Con la pasión de la seda
que con su suave murmullo
roza los cuerpos
de sus pequeños capullos,
te acaricio.

En el calor de la cobija
que me hace compañía
en los días pasivos
de clima abundante,
te siento.

Y ahora silencio...

En la quietud de la noche
que con su manto de estrellas
nos cubre en un llanto
con las formas más bellas,
te extraño.

Con la melodía del viento
que suspira en las hojas
anhelantes de brisas
que muevan las aspas
de molinos rebosantes
de semillas sumisas,
te busco.

Con la pericia de las personas
que roban los deseos
de corazones solitarios
sufriendo por la espera,
te encontraré.

Cuando todos duerman
y sueñen la música
de la imaginación
jugando al presente;
cuando llegue el silencio...
allí estaré.

Desde el alma al corazón


Caminando por la carretera
de la desolación me encuentro
no pudiendo dormir por las noches
sin sentir tu aliento.
Y ver que tu no me amas
como yo a ti te adoro,
mi extrema prueba
sin que estés con otro.

En mis memorias, si no te veo,
tu imagen yo busco,
extasiado con tus ojos
sin saberlo yo sufro.
El máximo deseo,
saber en qué tu piensas,
nunca lo sabré
si no me quito la vergüenza.

No sé por qué no atreverme
si en cada paso te oigo,
y sabiendo que no me escuchas
sin tu amor yo me ahogo.
Excusas como remedio
para curar mis penas,
sin lograr otra cosa
que encerrarme en mi persona.

Juro que no soporto
cuando me ves a los ojos,
saber que no me amas,
muriendo poco a poco.
Quisiera por un minuto
te detengas en mi alma,
ver mi interior como persona
y que digas que me amas

Mi felicidad está en tus manos
pero yo no te merezco,
quisiera una oportunidad
y demostrarte lo que siento.
Tan solo esperar me resta
con el riesgo de verte ir,
sin tener otro consuelo
que escribir, escribir, escribir.
Aquí estoy esperando
a que llegue el día siguiente,
despertarme y esperar
al llegar volver a verte
Cuando te veo a los ojos,
no sé si será amor,
pero siento que muero
desde el alma…al corazón.

Más allá del sol


En tus sueños,
En tu vida,
En tus deseos,
En tu pasión

En la alegría
por nuevas centurias
vividas con anhelo
en el corazón

En el fondo del alma
que ama la vida
y es correspondida
con la misma canción

En las estrellas
que miran sumisas
a los amantes
en su noche de amor

En los libros escritos
con sudor y esperanza
por hombres con sueños
de un mundo mejor

Mas allá de lo vivido
Mas allá de lo sufrido
Mas allá del pensamiento
Mas allá del corazón

Mas allá de las estrellas
Mas allá de lo soñado
Mas allá de la conciencia
Mas allá de la razón

Mas allá de tus caricias
Mas allá de las palabras
Mas allá de los deseos
Mas allá de la verdad

Mas allá de tu mirada
Mas allá de tus lágrimas
Mas allá del amor
Mas allá del sol.

Cuando


Cuando nadie me escucha, yo soy un simple esclavo de mis pensamientos, memorias, sueños. Recuerdos que me atormentan en mi soledad y me quieren cortar la sangre. Mi vida se encuentra en un completo silencio roto solamente por sollozos en las noches. ¿Y dónde estaba alguien cuando yo viví esos recuerdos?. ¿Dónde estaba esa gente cuando yo sentía que me ahogaba?. ¿Dónde están ahora, que la asfixia se vuelve cada vez más agobiante?.

Cuando nadie me ve, estoy sintiendo tanto vértigo que no me deja siquiera acercarme a la ventana a ver como la vida circula por las calles, y mi desesperación es tanta que a veces quiero saltar. Saltar y contar a cero para empezar otra vez. Quizá así sea feliz. O por lo menos no esté así como ahora. Mis uñas clavan mis palmas y las hacen sangrar de rabia ante la impotencia que sienten al no poder ayudarme a superar el dolor. Se me estremecen las venas y luego se me calma el alma por un instante.

Cuando nadie me siente, estoy escapando en divagues pseudo-emocionales que me transportan a dimensiones que espero conocer algún día, dimensiones que podrían asustar o aburrir a cualquier mortal, más no a mí. Me siento adicto a esos pensamientos tan complejos y llenos de preguntas sin respuestas, o al menos, sin respuestas “racionales”. Observando un árbol, una vida, sintiendo el viento, la brisa, oliendo el pasto, el sol, la luna, palpando el oxígeno, las sombras, la realidad a veces; y acoplando todo eso al sonido del viento que sacude las ramas y hojas, se convierte todo en una experiencia especial, y más especial aún porque yo no estoy allí.

Cuando nadie me ama, estoy aquí, escribiendo líneas y más líneas, ahogando mis penas con palabras, expresando mi dolor solo para mí. Un dolor que no desaparecerá así como así. Ni siquiera el tiempo puede borrarlo. Ni siquiera otro amor...

Cuando nadie me entiende, vivo en un lugar muy diferente a éste, un lugar de luz, mi luz. Existo cuando me despejo de esta oscura bruma traicionera que me relata datos de mi ayer. Me descubro cuando me encuentro a veces llorando en las madrugadas, sólo, en mi habitación. Y “ellos” me siguen clavando los puñales, y los siento cada vez más afilados. Mis heridas no pueden cicatrizar porque no les dan tiempo. Mi alma parecería ya un mapa de batallas. Carezco de humanidad a veces y ello me vuelve traicionero y orgulloso. Pero al final tan solo soy humano, y siento que me merezco todo esto, por mi dualidad.

Cuando las canciones callan, estoy dormido, soñando con memorias, memorias que duelen mucho. Intentando no dormir, sigo matando a mi cuerpo, mi mente a veces se vuelve caótica, mis manos tiemblan, la ansiedad se hace presente; mi humanidad me está destruyendo. Sigo buscando soluciones que no existirán quizás. Tal vez mi medicina sea la espera. ¿Esperar que?. Tal vez más dolor. Tal vez otra experiencia. Tal vez la apertura del camino a la luz.

¿Cuándo será que obtendré respuestas?. ¿Cuándo será que me detendré de una vez por todas y seré feliz?. ¿Cuándo será que dejarán de lastimarme?. ¿Cuándo será que dejaré de encerrarme en mis líneas?. ¿Cuándo será que dejaré la humanidad?. ¿Cuándo será que alguien me descubrirá, sin dañarme?. ¿Cuándo será que acabará mi caos?. ¿Cuándo dejaré de ser yo?.

Cuando alguien me escuche, sabrá que hay alguien más. Cuando alguien me vea, observará una ilusión de humanidad. Cuando alguien me sienta, se sentirá a si mismo. Cuando alguien me ame, seré feliz. Cuando las canciones vuelvan a hablar, alguien reirá.

Cuando las palomas lloran


¿Cuánto crees que sabes?. ¿Cuán filtrada está tu realidad?. ¿Cuán lejos y profundo puedes ver?.

Una vida esclavizada a la realidad, sobre la cual vuelas con miedo a caer, pues no sabes lo que te espera abajo. Y buscas una verdad, pero no la encuentras debido a la diversidad de tus “Dioses”.

Cada día te abres una nueva herida en la mente, en el corazón y en los sentidos, ¿por qué?. Porque aún eres humana, aún sientes el dolor del mundo, tu dolor individual, tu dolor causado por los tiempos, medios, vistas y razones.

Cada día te quemas con tu estúpida humanidad, pero no por eso debes rechazar tu ser, tu esencia. Intérnate en tu “hoy”, en tu presente y enciéndete, vive, experimenta sensaciones y virtudes, salta hasta aquí.

Dices que veinte años no curarán un segundo de tu niñez, te crees miseria.

¿Qué pasará cuando te des cuenta que no puedes más volar?. Chocarás con las paredes doradas que siempre te impidieron ver el sol. Te cubrirás con las manos del dolor que te abrigará. Te arderán los ojos y tus palabras explotarán. Respirarás sensaciones perdidas, sensaciones nuevas, sensaciones desechadas. Palparás tu nueva realidad, tu áspera y punzante nueva realidad. Y al final sentirás lo que significa la apertura a la muerte.

Recuerda que eres humana aún. Recuerda que aún sientes, aún te duele tu interior y tu alrededor. Recuerda que puedes caer. Recuerda que puedes cambiar ciertas cosas. Recuerda que puedes darte vuelta y observar las mentiras que te rodean, que te intentan recoger, intentan abrazarte, absorberte. Recuerda que existes en éste mundo, en éste aún verde mundo llamado “Planeta Tierra”, el mismo al que algún día llamaste “Planeta Vacío”, “Planeta Sueño” y “Planeta Resultado”. Recuerda vivir el hoy, morir el ayer y saltar el mañana. Pregúntate “que placer puedes obtener de una noche”. Pregúntate si alguna vez tuviste una vida. Pregúntame si cada vez que las palomas lloren yo estaré allí.

Búscame en tu vida. Búscame en tus ojos. Búscame en tus sentidos. Búscame en tu dolor. Búscame en tu placer. Búscame en “tu hoy”. Búscame en ti, y no me agradezcas por haberte salvado, agradéceme por haberte despertado.

Paisaje desechable


¿Qué hacemos?. ¿Dónde vivimos?. Vemos pasar nuestro desecho de mundo, vemos morir gente a causa de nuestra inconciencia. ¿Qué hacemos?. Aspiramos nuestra basura, llenamos los pulmones nuestros y de los demás con muerte, egoísmo, frialdad, lujuria, dolor, pobreza, desilusión. Y llegamos al nivel de destruir no solo los pulmones, sino a los sentidos en general, al cuerpo, e incluso al alma.

¿Qué estamos haciendo?. Quemamos a nuestros hermanos en su propia desdicha, nos enceguecemos cuando nos conviene. Pero vale la pena recordar que no hace falta que algo pase por nuestros sentidos para saber lo que significa. Existen cosas que nacemos sabiendo, son innatas en nosotros. Intentamos bloquearnos para aparentar ser fuertes, duros, fríos. Pero llega un momento en el cual todos somos iguales. La muerte no respeta a nadie. Para ella no existe clase social, cultura, físico. Y en algún momento todos sentimos miedo. ¿Que no tienes miedo a la muerte?. Mentira. Nos gusta tanto esta vida que nos resistimos a dejarla, por más que nos digan, o sepamos que del otro lado, más allá de la vida, todo es más precioso, divino. Nos gustan los vicios, la lujuria, todo lo que arrastramos en la vida.

¿Qué hacemos?. No podemos siquiera pretender calzarnos los zapatos de otra persona. Cada uno de nosotros tiene su propio calzado, a cada uno nos luce y nos sienta de manera diferente. No somos iguales, eso lo sabemos; pero a veces lo olvidamos.

¿Qué hacemos?. Cubrimos nuestros pasos con un duro y oscuro mineral, de modo que no podemos dejar huellas, y el caminar por él nos quema los pies. Y se extiende como una oscura serpiente mostrándonos su poderío infernal, mostrándonos quién manda, mostrándonos a veces imágenes inexistentes. Pero estamos equivocados. No caminamos sobre la serpiente. Generalmente corremos por ella y a veces nos estrellamos, o chocamos con otro ser dejando esquemas rojos, unos trazos que son difíciles, casi imposibles de olvidar; y a veces aparecen como luces otras víctimas, nadando en la oscuridad.

¿Qué hacemos?. Destruimos el alma del planeta madre, rompemos sus pulmones, ensuciamos su líquido vital, agujereamos el límite, cavamos al infierno, extraemos su cultura y nos ahogamos en su soledad. Lucramos con su vida, sabiendo que acortamos el límite a la nuestra. No podemos comprar más vida, y existe cosas que no se pueden deshacer, renovar, rehacer. ¿Por qué entonces jugar con ello?

¿Y que estamos haciendo?. Nos enriquecemos con la desdicha de los demás, y a veces con la nuestra. Creamos muerte. Sembramos soledad. Ensamblamos destrucción. Exploramos tierras nuevas para satisfacer el ego megalomaníaco de algunos. Descubrimos nuevas razones para el caos. Alimentamos la codicia. Jugamos con la vida. ¿Y quiénes somos nosotros para hacer todo esto?. Somos seres humanos; y tenemos libre albedrío, tenemos la libertad de hacerlo.

Orgasmo


Silencio en el aire. Un baile que te atrapa en tu destino y te hace sentir sexo. Penetras en la madera del placer como si el orgasmo no terminase nunca. El cansancio no existe.

El sudor te envuelve demostrándote que no es un sueño, y las gotas empapan el oxígeno que respiras.

Tus manos aferrándose a la realidad, con los dedos entre las sábanas empapadas de vida, apretando y apretando.

Tu piel caliente, húmeda y escurridiza se adapta a tus pulmones, que exhalan placer e inhalan tiempo, quedando fracciones de éste último entre los dientes, no pudiéndolas tragar a veces.

Tu cuello, tenso a veces, invitando a la esencia, incitando al crimen, vomitando belleza.

¿Y crees acaso que Dios no está presente en éste momento?. ¿Crees que tu vida pasará de largo éste momento?. ¿Realmente crees que eres tú?. ¿Estás segura que lo sientes?.

Tus piernas buscando el origen del lecho del placer, del aire. Espantando al dolor, atrayendo al presente.

Tu cabello empapado de sudor, cubriendo a veces tu rostro, llegando a tus labios. Absorbes tu humedad y sientes tu ser. Observas la oscuridad del momento.

Tus oídos captan tus hálitos, oyes cada respiro; … inhalación… exhalación… excitación.

Tu espalda, caliente y flexible, uniéndose al ritmo de tus piernas, de tu cuerpo, del placer.

Y sientes que el cielo cae sobre tu sexo una, otra y otra vez, asfixiándote en tu orgasmo.

Romance alfa


Vida. Una brisa que cruza un portal de sapiencia y cordura, pasando de largo y escupiendo a una verdad absoluta. Un fin . Una ciencia. Instinto. Que se yo. Simplicidad que esconde placeres de elocuencia cerrada y absoluta. Relación libertad – poder. Una relación que se expande más allá de lo desconocido y lo interesante.

Palabras en vano. ¿Hace falta explicar el amor?. ¿Sabemos que es?. ¿Importa?. Cuando estamos con esa persona, y deseamos que el tiempo se detenga, y descubrimos nuestra razón para vivir y para morir…

miércoles, 25 de junio de 2008

Caja de sorpresas


¿Qué eres?

¿Una mirada? Esos ojos que todo lo podrían decir si tu se los dejaras, y podrían matar a más de uno con un fuego firme y fuerte, como un león que sabe que es el rey.

¿Una voz? Podría ser. Pero si dijera tu todo y tu algo interno que clama por una libertad que tu le robaste el día en le cual te diste cuenta de que no sabías en realidad quién eras, o qué eras, o cómo eras. Y olvidaste lo que querías.

Una sonrisa reconfortante y carcajada sincera. Tal vez. No lo sé. Una explosión de alegría que da lugar a un olvido momentáneo de pensamientos lejanos, o cercanos, que reflejan una barrera hacia un sentimiento sincero y escurridizo.

Un conjunto de cosas que no se pueden explicar humanamente, pues sobresale a todo lo conocido, acariciando el abismo celestial que nos separa de lo divino. Una teoría improbable que busca un por qué sabiendo que no existe. Una piedra que rebota en el mar matando memorias una y otra vez, como un asesino de muertos que piensa que aún está vivo.

Una luz en una oscuridad aparente, que no sabe lo que hay al final, pero tiene la curiosidad y el miedo de saberlo. Una oscuridad que tan sólo existe en la realidad humana, más no es real. Una realidad que intenta encubrir pasados no plenos, más si completos. Completos de una inseguridad casi posible dentro de la verdad. La verdad que cada uno cree tener. la verdad que nace dentro de sí misma y muere alrededor de todos. La verdad...

Una señal que indica la salida (o entrada) a lo que alguna vez llamamos AMOR. Una señal que nos muestra nuevamente el camino correcto, por más que no nos guste. Una señal que nos muestra una idea original, la idea original que cada uno lleva dentro suyo, por más que no lo acepte. Por más que le resulte difícil creerlo.

Una realidad que sobrepasa los sentidos, llegando al límite de lo leído, de lo explicable, de lo sabido. Llegando al límite de nuestra imaginación, jugando con ella, haciéndola añicos. Una realidad que no lo sería si no lo quisiera, que no lo sería si no existiese una vida esperando por ella, una vida que dependiese de ella, como de la piedad depende el mendigo.

Un simple pensamiento que vuela por encima de los llamados “hombres”, y los observa, cansado y austero, y un simple pensamiento que siente, que vive que sueña.
Una ¿razón? que nos mueve a algo, como si de imanes nos tratásemos, y así nos movemos sin muchas veces saber el por qué o para qué. Y si esa ¿razón? existiese, ¿por qué seguimos rechazándola, si en un supuesto ella no trabaja con la realidad, a la cual también rechazamos?. Al final, ¿aceptamos algo de lo escrito para nosotros?

Miedo. La esclavitud de la mente. La esclavitud del cuerpo. El miedo muchas veces nos mueve hacia lo que no debemos evitar, sin ser conscientes de ello, por supuesto. Más no vale de nada si de superarnos se trata. Lo desconocido, el temor más común, aunque a veces lo conocido es más temido aún. Pero, ¿que es “lo desconocido” para cada uno de nosotros, si es que se puede tomar de manera personal?. ¿Acaso “lo desconocido” para algunos, es “lo conocido” para otros?. Y al final, ¿que es desconocido y que es conocido?.

Fuerza. La energía que nos intenta superar, para mejorarnos. La energía que cree tener la razón acerca nuestro, que cree que conoce lo bueno y lo malo, y nos lo enseña. La razón de ser del cuerpo humano. Más no la realidad de él.

Una prisión de sentimientos, que intentan escapar de uno mismo, pues saben que deben hacerlo, tan sólo porque sí. No hay razón que los maneje, más si existe una realidad para ellos, una realidad escondida en cada uno de los sentidos que despiertan en cada persona cuando encuentran su idea de lo que en realidad desean.

Sabiduría. Sabiduría que intenta explicar algo que superó sus límites, y cree que comprendiendo ese “algo” lo manejará mejor. Una sabiduría que toma como riesgo desafiar a la realidad. Que toma como desafío romperla, adueñarse de ella y reducirla a sus caprichos.

Un placer no ganado pero sí compartido, pues los ojos de aquellos que creen saberlo todo se retuercen en sus ideas al ver lo que no pueden comprender. Un placer exquisito para aquellos que saben dejarse llevar por la realidad o la ¿razón? hasta fuera de lo “normal” escrito para cada uno. Y un placer casi humano, ya que una mirada, unas palabras o unos gestos casi podrían explicarlo en un conjunto.

Un tiempo distorsionado que se detiene por leves instantes a reflexionar si vale la pena seguir a la misma velocidad, o si vale la pena continuar después de todo. Un tiempo que no solo no conoce a la vida, sino que mas bien la pasa de largo, como si no la quisiera conocer en lo absoluto.

Un planeta que se asfixia cada vez más en sus propios hálitos de vida que quizás lo ayuden a superar todos sus problemas, o quizás no.

Una vida que se pasea por las brumas de lo inexistente y lo intocable, y que cada tanto abre sus ojos, observa lo que hace, pero no tiene la suficiente capacidad para entenderlo, y mucho menos para detenerse.

Un péndulo que marca los “si” y los “no” dentro de las reglas establecidas por los “hombres”, sin poder contemplar un pequeño “quizá”, o un ínfimo “tal vez”.

Un futuro que, no inalcanzable tal vez, pero si precipitado algunas veces, precipitado a enseñarnos algo, precipitado a adelantarnos “cosas” que no sabremos como manejar, pero parecería se divierte haciéndolo.

Una canción que nos recuerda “algo”, o tal vez “alguien”, y a veces nos recuerda que tan sólo somos humanos, y como tales debemos aprender a soportarnos a nosotros mismos, debemos saber vivir con nuestros pensamientos, sueños y verdades.

¿Una gota de olvido en un vaso de soledad?. Pues si. También. Pues llenas un vacío tan grande, una depresión inmensa, una realidad dolorosa.

Una hoja de papel con palabras que ni tú puedes descifrar, pues tú les diste vida al pulsar el lápiz sobre la blancura de aquel trozo vegetal. No lo entiendes, no te entiendes (y no sabes si quieres hacerlo realmente).

Un sonido que descubre todo lo que ocurre en una habitación apagada, e interrumpe acciones dejándolas incompletas y confusas.

Un orgullo que se rompe con cáscaras de piel al rozarte, al oprimirte, al escucharte.

Un “érase una vez”, un cuento de hadas que nunca acaba, pues nunca empieza de una manera correcta, ya que “la manera correcta” no existe.

Y tal vez sólo magia. Una magia que observamos atónitos, incrédulos, pero que nos mueve a aplaudir, a elogiar,... y a creer.

Música


Sentimientos que corren por venas subterráneas y suben hasta el placer de vivir. Esos sentimientos que nacen en un arte divino y creen que pueden morir, ser matados. Nadie, nada puede matar el arte, nada puede destruir los sentimientos, solo se pueden cambiar. Metamorfosis. Amor – Odio. Sentimientos humanos, pero cercanos al ser. Vivencias que recorren lejanos parajes, tan lejanos que debemos estirar el pensamiento más allá del alma para verlos y gozarlos.

Te desangras por conocer la esencia. Te desangras por saber tu “yo”. ¿Por qué lo haces?. ¿Sabes por que?. Porque tiendes a eso. Lo quieres. Pero para eso tienes que ser tú mismo. Abandonar tu humanismo, tu visión simple y compleja de las cosas, la manía de tratar de explicarlo todo. ¿Para que tratar de explicarte cosas que sabes?. ¿Para que buscar significados que conoces?. Deja de buscarte en los demás, deja de ser lo que otros quieren que seas, deja de ser lo que tu humanidad quiere. Sé esencia.

No intentes cambiar o controlar hechos. Ni siquiera trates de adivinar hechos. Los hechos son humanos, y cada humanidad es distinta, por lo tanto también los hechos. Y los hechos no los haces tú. No los creas tú. Es un conjunto de humanidades. Por eso la esencia te permite observar como se suceden esos hechos, sin la autorización de cambiarlos.

Vive. Sueña. Siente. Llora. Grita. Haz lo que tu ser diga. Lo que “tú” digas. La normalidad es para los hombres, no para la esencia. Las leyes, la moral, las normas son para la humanidad, no para el Ser.

¿A veces sientes que algo te mueve a llorar?. ¿Sientes que “eso” te hace gritar?. Sabes que puedes morir en cualquier instante, mas “eso” no. “Eso” es sentimiento, “eso” es vida, “eso” es música.

Cuenta a cero


¿Que es un ayer?
¿Cuenta un hoy?
¿Existe un mañana?

Sabiendo lo que se es, contando una realidad que no existe, sintiendo lo que es vivir, realizándose con cada minuto de aliento y brisas, un hombre cree que es un ser, así como una ciencia lo cree saber todo, y una religión cree poder explicar y contradecir todo lo dicho.

Existe una sangre por la cual nadie se atreve a caminar, por temor a morir, un temor basado en creencias y raíces, que no hace más que alejarnos del fin, y acrecentar la “virtud” de la lujuria y la cobardía.

¿Acaso el pensar no nos hace más humanos? Una humanidad que no hace más que lamentar cosas sin explicación correcta, sin diversificaciones divinas. Cada vez que el pensamiento trata de actuar, retrae los sentimientos, estrujan el corazón de la esencia, y nos tiran al suelo nuevamente, y mordemos el polvo de nuestro miedo otra vez.

El sentimiento, una virtud esplendorosa, quizá la mejor, pues es a la vez humana y divina. No existe ser capaz de no sentir. No existe ser capaz de contrarrestar un efecto tan claro y conciso. ¿Y donde se encuentra?. En placeres escondidos y vistas alejadas tan solo por el pudor.

Revisando el armario de sueños encontramos deseos ocultos y sencilleces sabias. Sabiduría. ¿Por qué? El sueño no revela la visión humana, no nos muestra una verdad, nos muestra nuestro ser esencial, nuestra simple y absoluta levedad. ¿Levedad? Nadie supera lo divino, y todo lo demás podría ser considerado leve. ¿Acaso no se puede observar la gracia de un insecto? ¿Acaso podemos explicar el amor? ¿Podríamos siquiera saber en realidad que o quién somos?

Vive, sueña y siente. No existe nada más hermoso y puro. ¿Mañana? No. Es una naturaleza demasiado humana para ser tomada en serio. Lo mismo que un ayer no hace más que mostrar y esconder deseos o libertades perdidas. Un encuentro con un hoy presente. La esencia de la realidad. La causa que se busca en secuencias desaparecidas en la mente y el pensamiento.

Caminos difusos que nunca nos llevarán a sentir, nunca nos dejarán ser un ser, ese es el ayer. Un llanto que no nos supera, no nos calma en la lujuria de una relación. Un sexo sin placer, una imaginación sin frutos. Y se queda. Si que se queda. Nos hace compañía siempre, nos mueve a llorar, y a creer que es un llanto de corazón. No, el corazón no llora ayer. No llora pensamiento, no llora ciencia; llora sentimientos, llora pasión, llora alegrías, llora un hoy.

Agonía, desesperación, mentiras que nos hacen creer que no somos nadie, que no somos nada; ese es el mañana. Nos pega en el punto de vida, nos traiciona, nos mata en su relación con la mente. Se acuesta con nuestras memorias y da frutos encarnados en la mentira. Sucias mentiras que nos duelen, si les damos un aliento de razón. ¿Vives mañana? ¿Sientes mañana? ¿Amas mañana? No. El orgasmo de la vida, el sentimiento y el amor es hoy.

Es necesario dar una mano a la vida, al corazón, de modo a poder ser “algo”, algo vivo. Recriminar la relación ayer-pensamiento-mañana, eliminarla. Buscar la olla de oro al final del arcoiris no lleva a nada útil, más si incursiona en los sueños, nos hace ver unos sentimientos increíbles, unos sentimientos inexplicables, inmortales.

¿Acaso cuando se ama no se encuentra una razón para vivir y para morir? ¿No nos muestra que dependemos de alguien, dependemos de algo? La soledad. Una oscuridad en el sentimiento que no es tan fácil de cubrir, no es fácil de ocultar. Sombras en el corazón que lo destruyen. Un vicio que destruye el sueño, nos despierta.

¿Y que si no existe el tiempo? ¿Y que si no existe la realidad? ¿Y que si no existe la razón?. Los sueños, esencias, seres, sentimientos, Vida, ¿existirían?. Una cuenta al final, una cuenta al despertar, una cuenta a cero, un sorteo de vidas en el cual nadie gana y nadie pierde, pero todos quieren participar. ¿Por qué?

Just some background music

Powered by eSnips.com