- Acerca de "Cuenta a cero" -

"Cuenta a Cero" es el título de mi libro. Es un libro que vengo escribiendo desde hace mucho tiempo (años), y lo seguiré completando. Está compuesto de poesías, prosas, pensamientos, reflexiones, y muchas cosas más.

Todos los temas están contenidos en tres secciones:

1) Música: como durante un buen tiempo de mi vida fui músico, compuse una buena cantidad de obras, tanto en letra como en melodía. En ésta sección plasmo lo que serían mis músicas expresadas en poesía, prosa, pensamientos, etc. Entre los comentarios encontrarán las letras originales.

2) Romance Alfa: todo lo referente al amor, principalmente poesías.

3) Caja de sorpresas: Temas más profundos (desde mi punto de vista), que si bien podría tratarse del amor y aparecer en la sección anterior, está tratado desde un punto más reflexivo, filosófico... como su nombre lo indica, es una verdadera caja de sorpresas.

Tanto el libro en sí, como cada sección, cuenta con una introducción. Para guiarse por las secciones, es cuestión de usar las etiquetas. Gracias a las mismas podrán manejarse por las introducciones así como por los temas de cada sección.

Lo estoy publicando aquí debido a las pocas posibilidades de que una editorial se vea interesada a hacerlo... iré publicando el contenido en entregas quizá semanales... aparte que de éste modo podría continuarlo más aún. El contenido del libro un orden específico, pero aquí es prácticamente imposible mostrarlo así... esa será la maravilla de la versión impresa que algún día editaré.

martes, 30 de junio de 2009

Ironias


Mi respiración se acelera al oír ciertas cosas. Cosas que cuando las oigo no sé si preferiría estar sordo. Se me despiertan las ilusiones que siempre están bien escondidas y sedadas. Quisiera creerte. Ilusiono creerte. Quisiera poder creer que no dolerá al final; otra vez. Quisiera volver a creer que existe lo que alguna vez creí tener. Quisiera ser una persona que no siente las palabras, los hechos, las supuestas verdades. A veces quisiera ser tú, con tu ironía que no se si sigue siendo la misma, pero desconfío que haya desaparecido. Aún la sigo sintiendo. Teniendo siempre tú la razón. Siendo siempre Yo el motivo de nuestras peleas. Siendo siempre Yo la falla. Yo el mentiroso, cuando jamás te engañé. Siendo siempre Yo el error...

Mis ojos derraman lagrimas al intentar decir que no. Al recordar que hubieron fallas. Fallas que cometimos los dos. Los dos, ¿verdad?. Esos errores que no se van a olvidar así nomás. Siempre aflorarán en esos momentos en que uno se siente atrapado y necesita abrirse paso matando todo a su paso. A veces es mejor estar solo, no?. A quien trato de engañar?. Sé que no puedo estar solo, pues me suicido con mis memorias, una muerte lenta, dolorosa... pero útil. Una bala envuelta en seda que penetra mi cavidad craneal causando más daño de lo que causaría aún si hubiese estado afilada.

Circunstancias todas del destino. Otra ironía. Quién cree en el destino?. Yo no. Bueno, de hecho, no creo en casi nada, pero, ¿destino?, por favor, no me vengan con eso. Si hoy quiero saltar, salto y ya, todo acabó. Y el “destino” donde está ahí?. Esas cosas que la humanidad inventa para sacarse una carga más de encima y echarle la culpa a algo más, para eso si que somos buenos, no?. ¿Qué tal si simplemente implementamos la responsabilidad por cada uno de nuestros actos?. Linda utopía. “Así nos educaron”, “Así crecimos”, “Es una tradición”. Todas excusas. Nos mentimos a nosotros mismos de modo a hacernos más fácil la vida. Creamos y manejamos a nuestro antojo una “normalidad” que no debería siquiera existir como palabra. Todos somos diferentes, eso lo sabemos, no?, entonces para que nos hacemos los desentendidos y clasificamos todo según nuestro particular punto de vista basado en “normas”, “reglas”, “tradiciones”, y un montón de barbaridades más que no hacen más que dividirnos y encerrarnos en una celda de la cual supuestamente queremos salir, nos quejamos de nuestras divisiones, pero al final lo que hacemos es crear cada vez más restricciones y excusas para criticar, desmeritar, rebajar y hacer tropezar a los que son distintos a nosotros, tratamos de cambiarlos a nuestro modo. Llamamos “cuadrados”a los que no piensan como nosotros, sin darnos cuenta que siendo así, somos nosotros los más “cuadrados” por no saber aceptar. Y nos creemos dioses en nuestra falsa y patética sabiduría.

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