
Existe una mano que te empuja hacia lugares que de vez en cuando asustan. Existe una mano que te cubre de sombras y luces. Existe una mano que vive lo que tu mueres cada día.
Queriendo morir ayer, hoy amanecí más vivo que nunca, no siendo una virtud, ni tampoco una pena. Un paso intermedio en la depresión que me agobia cada día. Una depresión que no es más que una mancha causada por recuerdos. Recuerdos que son avivados por sueños traicioneros. Sueños que no puedo evitar, ya que es una cadena que no tiene fin. Un círculo vicioso. Sueño. Realidad. Vivencia. El pensar. La verdad. Dormir. Sueño...
Mi propia sombra me invita a saltar hacia profundidades extremas para mí. Inclusive muchas veces me invita a volver a amar. Volver a abrirme. Volver a vivir. Profundidades que alguna vez he de volver a recorrer, lastimándome de nuevo. Llorando otra vez. Perdiendo de nuevo. Ganando cicatrices. Liberando misterios.
Cansancio ya. Varias veces me he despertado llorando por respuestas. Llorando por recuerdos. Llorando por mentiras. Me hace falta el brillo de la insensatez, ese filo profundo, esa sensación de libertad del alma, ese no se qué que nos muestra por un segundo lo que en realidad podemos hacer con nuestro libre albedrío.
Caminar por ésta vida solo nos demuestra ciertas cosas que siempre estuvieron ahí, siempre supimos, más nunca nos detuvimos a mirarlas por miedo. ¿Miedo a que?. Quizá miedo de lo que encontremos, quizá miedo de que en realidad nos guste eso. O tal vez tan sólo un miedo humano. Un miedo sin fundamentos, o con tantos fundamentos, que ya nos parece que no existe ninguno. A veces el miedo nos apasiona. Nos genera adrenalina. Nos mueve a crecer. Nos impulsa a vivir. O nos cubre y nos aprisiona en nuestra ignorancia.
Quizá mis sueños me generen muchos sentimientos dentro, muchos de los cuales ni mi imaginación me los cuenta, pero quizá sea por protección. Porque existen partes, funciones dentro mío que me conocen más que mi conciente, me conocen más de lo que yo me conozco en mi despertar.
Este circulo de sueños, cadena de inconciencia, o libertad de emociones no reveladas, es una realidad que llevo viviendo desde hace mucho tiempo. Y me siguen protegiendo. Entes o funciones que no conozco, y quizá no deba conocer, me protegen. ¿De que?. ¿De quién?. Quizá de mí mismo...