
Una vez más en ti, en mí, aislados de todo y a la vez de nada. Un hecho que cambia a velocidad ambigua con placeres como meta. Contradicciones que no se alteran por medida justa y equidad de pareceres. Imperfecciones que no dicen nada, pero explican toda una vida de espera y ambición.
Un poder que no está escrito, pero es cada vez más visible gracias a la luz que impartimos, y dejamos de lado. ¿Por qué?. Porque es tan solo una forma de rechazo a la realidad o la razón que nos impiden ciertas acciones.
¿Y si fuera así en verdad?. Pues no sabría explicarlo con certeza, ya que no puedo asegurar que la verdad existe, porque no la conozco, y no sé si quiero conocerla.
Y así estoy, intentando explicar cosas que no entiendo, y nada cambia, y no cambiará por más que una fuerza más allá de nosotros intente hacerlo. ¿Y entonces de que sirve?. No sé. No sé. Pero no hay nada de malo en eso. ¿No?. No.
Usas y usas el tiempo y no ocurre nada. Nada positivo ni negativo. Ni siquiera eso. Al menos.
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