No oigo lo que me dices, aunque estoy a tu lado. No te veo, y te tengo enfrente. Tan solo te pienso, y en mi mente te vivo.
Extraño los días en que por mi mente pasaban cosas con sentido humano, más si me dieran la oportunidad de ser algo más humano, no la querría. Extraño esos días, pero no los quiero de vuelta. Esos días en que la envidia de los demás apenas rozaba mi piel, y ahora no me deja respirar, intenta cubrirme los ojos y la boca, pero no puede ni podrá, ya que en el lugar donde me encuentro no me permiten volver a caer, y mi existencia tampoco me lo permite.
El amor más importante de mi “vida”, el arte, me permite ver más allá de lo que me permiten mis ojos, más allá de lo que cualquier sentido “humano” me lo permitiría; me permite llegar al sentimiento, al corazón, saltar la realidad, romper la razón y rozar la verdad.
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