
Sentimientos que corren por venas subterráneas y suben hasta el placer de vivir. Esos sentimientos que nacen en un arte divino y creen que pueden morir, ser matados. Nadie, nada puede matar el arte, nada puede destruir los sentimientos, solo se pueden cambiar. Metamorfosis. Amor – Odio. Sentimientos humanos, pero cercanos al ser. Vivencias que recorren lejanos parajes, tan lejanos que debemos estirar el pensamiento más allá del alma para verlos y gozarlos.
Te desangras por conocer la esencia. Te desangras por saber tu “yo”. ¿Por qué lo haces?. ¿Sabes por que?. Porque tiendes a eso. Lo quieres. Pero para eso tienes que ser tú mismo. Abandonar tu humanismo, tu visión simple y compleja de las cosas, la manía de tratar de explicarlo todo. ¿Para que tratar de explicarte cosas que sabes?. ¿Para que buscar significados que conoces?. Deja de buscarte en los demás, deja de ser lo que otros quieren que seas, deja de ser lo que tu humanidad quiere. Sé esencia.
No intentes cambiar o controlar hechos. Ni siquiera trates de adivinar hechos. Los hechos son humanos, y cada humanidad es distinta, por lo tanto también los hechos. Y los hechos no los haces tú. No los creas tú. Es un conjunto de humanidades. Por eso la esencia te permite observar como se suceden esos hechos, sin la autorización de cambiarlos.
Vive. Sueña. Siente. Llora. Grita. Haz lo que tu ser diga. Lo que “tú” digas. La normalidad es para los hombres, no para la esencia. Las leyes, la moral, las normas son para la humanidad, no para el Ser.
¿A veces sientes que algo te mueve a llorar?. ¿Sientes que “eso” te hace gritar?. Sabes que puedes morir en cualquier instante, mas “eso” no. “Eso” es sentimiento, “eso” es vida, “eso” es música.
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