
Silencio en el aire. Un baile que te atrapa en tu destino y te hace sentir sexo. Penetras en la madera del placer como si el orgasmo no terminase nunca. El cansancio no existe.
El sudor te envuelve demostrándote que no es un sueño, y las gotas empapan el oxígeno que respiras.
Tus manos aferrándose a la realidad, con los dedos entre las sábanas empapadas de vida, apretando y apretando.
Tu piel caliente, húmeda y escurridiza se adapta a tus pulmones, que exhalan placer e inhalan tiempo, quedando fracciones de éste último entre los dientes, no pudiéndolas tragar a veces.
Tu cuello, tenso a veces, invitando a la esencia, incitando al crimen, vomitando belleza.
¿Y crees acaso que Dios no está presente en éste momento?. ¿Crees que tu vida pasará de largo éste momento?. ¿Realmente crees que eres tú?. ¿Estás segura que lo sientes?.
Tus piernas buscando el origen del lecho del placer, del aire. Espantando al dolor, atrayendo al presente.
Tu cabello empapado de sudor, cubriendo a veces tu rostro, llegando a tus labios. Absorbes tu humedad y sientes tu ser. Observas la oscuridad del momento.
Tus oídos captan tus hálitos, oyes cada respiro; … inhalación… exhalación… excitación.
Tu espalda, caliente y flexible, uniéndose al ritmo de tus piernas, de tu cuerpo, del placer.
Y sientes que el cielo cae sobre tu sexo una, otra y otra vez, asfixiándote en tu orgasmo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario